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lunes, 5 de septiembre de 2016

Ramificaciones que presenta la Psicologia Cognitiva sobre la Inteligencia Emocional


Asertividad, una forma de Inteligencia Emocional


Un pensamiento positivo es la clave del ÉXITO..!!

Inteligencia Emocional: Definición


Etapas de la Inteligencia Emocional


Un Toque de Motivación



Si quieres, puedes!!!

Neurociencia y las Emociones


  
     La neurociencia forma parte de un conjunto de disciplinas abocadas al estudio del sistema nervioso, que tienen como objeto de estudio comprender el complejo sistema mediante el cual funciona la mente humana. También, se encargan de desentrañar cómo es que se produce el proceso de aprendizaje, de archivado de información en el cerebro, y los procesos biológicos que tienden a facilitar el proceso de aprendizaje.

     Vista desde la neurociencia las emociones son respuestas orgánicas que proceden de la periferia (estímulos), dichas respuestas tienen como función preparar al cuerpo para acción y comunicar los estados emocionales a las demás personas; las mismas pueden ser de tres tipos:

  • Autónomas: relacionadas con las funciones vitales involuntarias (Sistema Autónomo)
  • Endocrinas: relacionadas con la elaboración y liberación de hormonas.
  • Esquelemotoras: relacionadas con el cuerpo y sus movimientos.
Dichas respuestas generan en las regiones subcorticales del cerebro, tales como:





  •        Amígdala:es un conjunto de núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales. La amígdala forma parte del sistema límbico, y su papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales, los mismos permiten, registrar el clima emocional que acompaña a los hechos, al ver a una prima la reconocemos como familia, pero es la amígdala la que nos indica que no tenemos buena relación con esa persona; del mismo modo la amígdala nos permite revisar la experiencia presente y la compara con la pasada, de modo que si el verde es nuestro color favorito al decidir comprar una prenda de ropa y ver alguna de color verde, muy probablemente, esa sera la pieza que compremos, ya que la amígdala es asociativa.

  • Hipocampo: es una de las principales regiones del cerebro, directamente relacionada con el funcionamiento de la memoria y las emociones. Anatómicamente, el hipocampo forma parte del llamado sistema límbico, un conjunto de estructuras cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas primitivas, el mismo se encarga de: proporcionar una aguda memoria del del contexto y registrar y dar sentido a la información.
  • Hipotálamo: es un área del cerebro que se halla situado debajo del tálamo y que puede enmarcarse dentro del diencéfalo. A través de la liberación de hormonas, el hipotálamo se encarga de la regulación de la temperatura del cuerpo, la sed, el hambre, el estado anímico y otras cuestiones de gran importancia. Controla el sistema Endocrino mediante la secreción de sustancias neuroendocrinas. Contiene los circuitos neuronales reguladores de las funciones vitales que varían según los estados emocionales, es por ello que al estar tristes se disminuye el apetito o al estar ansiosos aumenta el deseo de comer.
  • Bulbo raquídeo: es una estructura biológica en forma de ampolla. Tiene como función el control de actividades respiratorias, gastrointestinales, cardíacas y vasoconstrictoras. El bulbo raquídeo regula la secreción de jugos digestivos y cumple con funciones reflejas como la deglución, la tos, el estornudo y el vómito, entre muchas otras.

     Es por lo antes explicado que, durante un momento de rabia aumenta el flujo sanguíneo a las manos, haciendo más fácil empuñar un arma o golpear a un enemigo; también aumenta el ritmo cardíaco y la tasa de hormonas que, como la adrenalina, generan la cantidad de energía necesaria para acometer acciones vigorosas.

       En el caso del miedo, la sangre se retira del rostro (lo que explica la palidez y la sensación de «quedarse frío») y fluye a la musculatura esquelética larga —como las piernas, por ejemplo- favoreciendo así la huida. Al mismo tiempo, el cuerpo parece paralizarse, aunque sólo sea un instante, para calibrar, tal vez, si el hecho de ocultarse pudiera ser una respuesta más adecuada. Las conexiones nerviosas de los centros emocionales del cerebro desencadenan también una respuesta hormonal que pone al cuerpo en estado de alerta general, sumiéndolo en la inquietud y predisponiéndolo para la acción, mientras la atención se fija en la amenaza inmediata con el fin de evaluar la respuesta más apropiada.



     En el caso de la felicidad, uno de los principales cambios biológicos consiste en el aumento en la actividad de un centro cerebral que se encarga de inhibir los sentimientos negativos y de aquietar los estados que generan preocupación, al mismo tiempo que aumenta el caudal de energía disponible. En este caso no hay un cambio fisiológico especial salvo, quizás, una sensación de tranquilidad que hace que el cuerpo se recupere más rápidamente de la excitación biológica provocada por las emociones perturbadoras. Esta condición proporciona al cuerpo un reposo, un entusiasmo y una disponibilidad para afrontar cualquier tarea que se esté llevando a cabo y fomentar también, de este modo, la consecución de una amplia variedad de objetivos.




     El amor, los sentimientos de ternura y la satisfacción sexual activan el sistema nervioso parasimpático (el opuesto fisiológico de la respuesta de «lucha-o-huida» propia del miedo y de la ira). La pauta de reacción parasimpática —ligada a la «respuesta de relajación»— engloba un amplio conjunto de reacciones que implican a todo el cuerpo y que dan lugar a un estado de calma y satisfacción que favorece la convivencia.



El arqueo de las cejas que aparece en los momentos de sorpresa aumenta el campo visual y permite que penetre más luz en la retina, lo cual nos proporciona más información sobre el acontecimiento inesperado, facilitando así el descubrimiento de lo que realmente ocurre y permitiendo elaborar, en consecuencia, el plan de acción más adecuado.


El gesto que expresa desagrado parece ser universal y transmite el mensaje de que algo resulta literal o metafóricamente repulsivo para el gusto o para el olfato. La expresión facial de disgusto —ladeando el labio superior y frunciendo ligeramente la nariz—  un intento primordial de cerrar las fosas nasales para evitar un olor nauseabundo o para expulsar un alimento tóxico.



En conclusión, las respuestas orgánicas que genera nuestro cuerpo debido a los estímulos presentes en el contexto, vienen determinadas por el clima emocional que rodea dicho estimulo, si nos sentimos a gusto es un sitio la sensación sera de placer y querremos permanecer en el sitio, de lo contrario querremos irnos a otro lugar; de esto modo podemos apreciar que las emociones están íntimamente ligadas con las decisiones que tomamos en nuestro que hacer cotidiano, permitiéndonos discernir entre unas opciones y otras.

Referencias Bibliográficas: 


Gabel, R. (2005). Inteligencia emocional. Perspectivas y aplicaciones ocupacionales. Perú: Gráfica técnica s.r.l.
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.
Kandel, E., Jessell, T. Shwartz,J. (1997). Neurociencia y conducta. Madrid: Prentice Hall.
Purves, A. Fitzpatrick, H. Mcnamara, W. (2006). Neurociencia. España: Editorial Medica Panoamericana.
Ríos, P. (2006). La aventura de conocernos. Caracas: Editorial texto.

Habilidades para desarrollar la Inteligencia Emocional