Reír, llorar, gritar, saltar son algunas de las expresiones asociadas a las emociones; las mismas pueden ser definidas como estados afectivos que experimentamos así como una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos. Etimológicamente la palabra emoción proviene del verbo latino “moveré” que significa movimiento y el prefijo “e” que indica dirección; sugiriendo de este modo que toda emoción nace de una acción. Goleman (1996) las define como “impulsos que nos llevan a actuar”, también podemos apreciar las emociones como reacciones inmediatas del ser humano que no llevan a actuar de forma favorable o desfavorable.
Las emociones pueden ser clasificadas de dos tipos:
- Básicas tales como miedo, alegría, tristeza, furia y asco
- Sociales Aprendidas: que nacen de la unión de las antes mencionadas
Emociones y Sentimientos
Emoción
y sentimiento son conceptos que acostumbramos a utilizar como sinónimos y,
aunque van de la mano, no son iguales; como se describió anteriormente la
emoción es un impulso que lleva a la acción y además son cortos en el tiempo;
mientras que, los sentimientos son estados de ánimo que surgen de la emoción y
se mantienen en el tiempo, ejemplo, si somos víctimas de un robo a mano armada,
la reacción inmediata es miedo, pasado un tiempo si pasamos por el sitio en el
que sucedió el hecho podemos sentir angustia, nerviosismo o simplemente estar
atentos ante cualquier señal que nos indique que podemos ser víctimas de un
robo nuevamente, podemos sentir indignación o ira al recordar el momento.
La
teoría que afirma la existencia de un grupo de emociones centrales gira en
torno al descubrimiento realizado por Paul Ekman, que señala la existencia de
cuatro expresiones faciales (miedo, alegría, rabia y tristeza) concretas que son reconocidas por personas de culturas
diversas procedentes de todo el mundo, un hecho que parece sugerir
universalidad (Goleman, 1996).
Por
otro lado podemos apreciar las emociones como familia o dimensiones, o
visualizarlas como distintos matices. Goleman
(1996) afirma que las emociones nos permiten afrontar situaciones demasiado
difíciles, como para ser resueltas solo con el intelecto, del mismo modo cada
una nos predispone de un modo diferente para la acción ya que el miedo nos
prepara para huir o escondernos mientras que la ira nos prepara para la lucha;
de este modo podemos apreciar que, las mismas tienen un carácter de
supervivencia y en el pasado permitieron resolver los innumerables desafíos a
los que se vio sometida la existencia humana. En conclusión las emociones representan los impulsos que nos condicionan para actuar de una manera u otra, las mismas nos permiten expresar lo que sentimos y experimentar cambios en nuestro estados de animo.
Referencias Bibliográficas
Referencias Bibliográficas
Gabel, R. (2005). Inteligencia
emocional. Perspectivas y aplicaciones ocupacionales. Perú: Gráfica técnica
s.r.l.
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional.
Barcelona: Kairós.
Kandel, E., Jessell, T. Shwartz, J.
(1997). Neurociencia y conducta. Madrid: Prentice Hall.
Purves, A. Fitzpatrick, H. Mcnamara,
W. (2006). Neurociencia. España: Editorial Medica Panoamericana.
Ríos, P. (2006). La aventura de conocernos.
Caracas: Editorial texto.
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